Enguany caminó desde Tarragona hasta el Coagularium, en el centro de la ciudad condal. Un viaje iniciático de cuatro días donde trabó amistad con gatos y alimañas, que suelen indicar el camino mejor que los animales de dos patas. Desde su taller arde el amoranarquía y el crujir de las ramas secas es el mejor de los paisajes sonoros posibles. Fuerza a través de la unidad, unidad a través de la fe, reza el nombre de su sello de ropa.
S.T.U.U.T.F. recoge aceite de motor, pintura y el viento de la tramuntana que, según cuentan los ancianos, puede volverte loco. A Enguany le gustaría que llevaras su ropa hasta que desapareciera del uso y es por eso que sus prendas parecen estar justo en la intersección entre un lienzo pintado y la ropa técnica. Como un tren que atraviesa la ciudad cubierto de graffiti.